Jesús M. Barbero identifica cuatro puntos principales que influyen en la formación psico-social de los jóvenes:
1. Transformaciones de la sensibilidad y des-ordenamiento cultural
2. Visibilidad social y cultural de la juventud en la ciudad
3. Tecnologías y palimpsestos de identidad
4. Nuevos lenguajes y formación de ciudadanos
1. Transformaciones de la sensibilidad y des-ordenamiento cultural
Aquí nos muestra la relación que tiene la cultura vigente y la adaptación de los jóvenes a esta, pues constituyen el punto de emergencia de una cultura otra, rompiendo tanto con la cultura basada en el saber y la memoria de los ancianos, como en aquella cuyos referentes aunque movedizos ligaban los patrones de comportamiento de los jóvenes a los de padres que, con algunas variaciones, recogían y adaptaban los de los abuelos.
También se hace referencia a la información transmitida a través de la televisión; es decir, los contenidos que se manejan en la programación no siempre son los adecuados. Al respecto podemos identificar las caricaturas.
Si bien se supone deben dirigirse a niños, los contenidos que se manejan no están acordes a su desarrollo, sino que últimamente se dirigen al público adulto, lo cual implica un cambio en el desarrollo cognitivo y de comportamiento de los niños, infiriendo en la conformación de la identidad de los jóvenes.
Pues la televisión no opera por su propio poder sino que cataliza y radicaliza movimientos que estaban en la sociedad previamente, tal es el caso de las nuevas condiciones de vida y de trabajo que han minado la estructura patriarcal de la familia, ya que actualmente existe una acelerada inserción de la mujer en el mundo laboral, además de una drástica reducción del número de hijos, propiciando una separación entre sexo y reproducción, por tanto transformando las relaciones de pareja y en la percepción que de sí misma tiene la mujer. Todo esto influye en la construcción de la realidad, valores, plan de vida, de los jóvenes.
2. Visibilidad social y cultural de la juventud en la ciudad
Nos muestra la empatía de los jóvenes y la cultura tecnológica y la facilidad para entrar y manejarse en la complejidad de las redes informáticas, poniendo en juego una nueva sensibilidad hecha de una doble complicidad cognitiva y expresiva. Pues a partir de esto se da una nueva diagramación de los espacios e intercambios urbanos.
3. Tecnologías y palimpsestos de identidad
La tecnología influye en la conformación de los jóvenes. Un ejemplo claro es la música, como el fenómeno del rock en español el cual resulta más sintomático de los cambios que atraviesa la identidad en los más jóvenes. Pues este género ha adquirido, desde los años 80, una capacidad especial de traducir la brecha generacional y algunas transformaciones claves en la cultura política de nuestros países.
4. Nuevos lenguajes y formación de ciudadanos
Aquí se hace referencia a los nuevos lenguajes que los jóvenes han ido adoptando, derivado de la influencia de la tecnología y las redes social, pues esta es utilizada solo con fines de esparcimiento.
Al respecto se propone un reto a la educación, y por ende a las autoridades educativas, el cual es modificar la educación formal; es decir, que dentro de la didáctica manejada por los docentes se inserte el uso de estos medios para el desarrollo de su práctica, pero además se les eduque a los jóvenes para que utilicen la tecnología con fines formativos, y hay que aprovechar que estos poseen empatía cognitiva y expresiva con las tecnologías, y en los nuevos modos de percibir el espacio y el tiempo, la velocidad y la lentitud, lo lejano y lo cercano. Se trata de una experiencia cultural nueva.
Por otra parte podemos ver que estamos inmersos en una época de cambios, donde la escuela ha dejado de ser el único lugar de legitimación del saber, pues hay una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales y no le piden permiso a la escuela para expandirse socialmente. Esta diversificación y difusión del saber, por fuera de la escuela, es uno de los retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea al sistema educativo. Pues los jóvenes tienen la posibilidad de tener un conocimiento más actualizado en física o en geografía que su propio maestro.
Por tanto lo que nuestras sociedades están reclamando al sistema educativo es que sea capaz de formar ciudadanos y que lo haga con visión de futuro, esto es para los mapas profesionales y laborales que se avecinan. Lo que implica abrir la escuela a la multiplicidad de escrituras, de lenguajes y saberes en los que se producen las decisiones. Pues la construcción de ciudadanos significa que la educación tiene que ayudar a crear en los jóvenes una mentalidad crítica, cuestionadora, desajustadora de la inercia en que la gente vive, desajustadora del acomodamiento en la riqueza y de la resignación en la pobreza.
Etiquetas: Educación, Juventud, tecnología
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
0 comentarios:
Publicar un comentario